Un 95% de los agricultores españoles afirma haber notado en sus cosechas la influencia del cambio climático y sus innumerables consecuencias. Este fenómeno está ocasionando una de las mayores crisis a las que la humanidad se ha enfrentado nunca, y en concreto, el calentamiento global está incidiendo de una manera desproporcionada en la mayoría de los cultivos.
Por esta causa, existen diferentes estudios que pretenden descubrir de qué manera adaptar las técnicas agrícolas a este fenómeno atmosférico que cada vez causa más problemas.
¿Qué es el Calentamiento Global?
Que la tierra sufra ciclos de enfriamiento y calentamiento entra dentro de las consecuencias que los propios procesos naturales generan, pero las alarmas saltan cuando determinadas acciones humanas impactan de una manera notable en el proceso de estos, implicando una liberación masiva de los llamados gases de infecto invernadero como el CO2 y el metano.
Estos gases proceden generalmente de la quema de combustibles fósiles y la ganadería extensiva, que quedan retenidos en la atmósfera generando un aumento significativo de la temperatura media del planeta y este proceso es el que denominamos calentamiento global.
¿Cómo afecta el cambio climático a la agricultura?
Las consecuencias del cambio climático a largo plazo empiezan a ser visibles hoy en día, por ello, es recomendable conocerlas para poder así estar prevenidos ante estos cambios, si es que nada hacemos antes para revertirlos.
La variabilidad del clima es una de las principales causas del calentamiento global, y que unida a su menor previsibilidad complicaría la planificación de los futuros cultivos o actividades agrícolas a los propios agricultores.
La reducción de la diversidad biológica en algunas de las regiones más frágiles del planeta como las selva es otra de las principales consecuencias. Esto ocurre debido a que las zonas climáticas y agroecológicas pueden llegar a sufrir visibles y notorios cambios no solo encuanto a fauna, si no también en su vegetación.
El avance incontrolado de plagas, antes inexistentes, portadas por vectores o el posible desequilibro productivo entre las regiones templadas y frías, son algunas de las consecuencias generales que provoca también este fenómeno.
En cuanto a la agricultura, se prevee que el cambio climático afecte de una manera diferente a cada una de las áreas geográficas, por lo que las consecuencias en cada una serán diferentes. En algunas de ellas, se observarán variaciones en la temperatura que llevarán a la pérdida de fuentes de agua dulce y degradación del suelo, por ello es recomendable implantar nuevas técnicas agrícolas que den lugar a una transición para sobrevivir ante climas cálidos y secos.
Por otro lado, el calentamiento de las zonas más frías y su consecuente deshielo abre la posibilidad a éstas de poder convertirse en nuevos cultivos aptos en ese tipo de clima y dejar de importar los productos o cultivarlos en invernaderos.